

Una de las características más
relevantes del teatro cortesano es su capacidad de convertir los espacios escénicos en el objetivo de una extensa gama de
posibilidades de carácter expresivo.
Frente a las limitaciones del corral de comedia, las representaciones de las
Italia cortesana del XVII realiza una puesta en escena donde tiene cabida todo
tipo de artificios, efectos escénicos,
reproducciones sonoras, alteraciones de luz
que posibilitan que las
representaciones se conviertan en una proyección del poder, consiguiendo
aproximar la grandeza de ambas en códigos de lectura paralela.
El poder italiano del XVII se apoya en el teatro para obtener
de él una gran performance a través de
todo un conjunto de elementos artísticos recogidos en el capítulo de
arte efímero pero que atesoraba un
enorme potencial creativo.
Muchos de estos recursos escenográficos tienen un vínculo
tecnológico, una consideración de carácter mecánico que podría apartarlos del estudio artístico,
pero todos llevan inserto el germen indeleble de la representación de la grandeza
del poder.
El dominio de lo pensable y de lo posible en las
representaciones teatrales, la creación
de un mundo de ilusión en el ambiente
del teatro cortesano de las cortes Italianas del XVI Y XXVII nos conducen a un espacio oculto tras la
tramoya. Un área que se escapa a los
espectadores, que provocan un mundo irrealmente creíble y que escondido tras
poleas, cuerdas, trampillas y mecanos
hizo generar un universo mágico.

Los
objetivos de esta de exposición son
mostrar a los visitantes los artificios
a los que los grandes teatros cortesanos del barroco recurrieron para potenciar el espectáculo y
su imbricación con una proyección
legitimadora del poder.
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