La recreación
de los modelos de la Antigüedad quedó eclipsada por la perentoria
necesidad de dotar de esplendor regio al teatro puesto al servio
del nuevo estado preabsolutista. El lujo
y el aprecio por lo estético por sí mismo eran inconcebibles en el
pensamiento de la época, tanto avances hidráulicos, ingenios y maquinarias
sirvieron de instrumento para elaborar un leguaje visual y asequible para un público instruido. Tanto el arte como
los avances científicos eran meros instrumentos del poder.

Quadratturas,
glorias, vuelos y apoteosis fueron algunos de los términos acuñados para
denominar los instrumentos del componente lúdico que en sí mismo no constituyó el eje vital del
teatro barroco, lo esencial fue la didáctica del Poder y la Gloria.
Una de las grandes aportaciónes conectadas al desarrollo del espacio escénico está vinculada con la creación de la “Caja” ,
entendida como un espacio polifuncional, cerrado e independiente. Donde el
escenógrafo dirige la vista del espectador, manipula decorados de forma que se puede realizar una
recreación ilusionista verosímil al ojo humano.
En una de las zonas más activas en
la decoración escénica y el diseño del espacio de representación , la Florencia
de mediados del siglo XVI, los
espectáculos que se realizaban en el
Teatro de los Jardines Boboli, , acabaron derivando en la tipología más cartesiana del teatro
barrroco para terminar habilitando un espacio permanente en los Uffizi, en
vista de las necesidades lúdico propagandísticas cotidianas de los Medicis.
Los escenógrafos hicieron uso
completo de la diversidad del lenguaje artístico, puesto que podían utilizar
todos los soportes para trasmitir el
mensaje legitimador de las monarquías absolutistas de la Italia del XVII.

No hay comentarios:
Publicar un comentario